Con el aumento de los precios de la energía y la presión sobre la red eléctrica, las empresas necesitan ser más inteligentes en el uso de la energía para mantenerse competitivas y resilientes. El flujo unidireccional de energía está cambiando a un sistema dinámico multidireccional, requiriendo mayor flexibilidad y control inteligente. Las tecnologías de almacenamiento de energía como los Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS), microrredes y Plantas de Energía Virtuales (VPP) son ahora herramientas integrales para la gestión energética industrial contemporánea.
1. Reducir las facturas de energía con un tiempo inteligente
Uno de los mayores usos del almacenamiento de energía es eliminar los cargos por demanda fuera de pico. Estos cargos suelen surgir por unas pocas horas de alto consumo eléctrico cada mes. BESS permite a las empresas almacenar energía durante periodos de bajo costo y liberarla en periodos pico caros; esta técnica, también conocida como reducción de picos o desplazamiento de carga, reduce los costos operativos sin cambiar cómo o cuándo se usa la energía. Por ejemplo, un proveedor de energía renovable en Ontario utilizó el BESS de Honeywell para minimizar la exposición a tarifas altas, ahorrar costos y mitigar el estrés en la red.
2. Aumentar la fiabilidad de la energía renovable
Las renovables como el viento y el sol no siempre están disponibles cuando se necesitan. Las microrredes y los Recursos Energéticos Distribuidos (DER) llenan ese vacío. Una microrred permite la generación local y tiene la capacidad de aislarse de la red para suministrar energía cuando esta falla. Una fábrica en la UE equipada con una microrred solar con respaldo de baterías ahora suministra hasta el 80 % de su energía, volviéndose más confiable y rentable.
3. Usar energía más limpia de manera más eficiente
La energía renovable solo funciona si se almacena para su uso posterior. En ausencia de almacenamiento, el exceso de generación solar o eólica se desperdiciará, como ha ocurrido en áreas como Chile. El almacenamiento de energía convierte el exceso en una forma utilizable y lo suministra cuando se requiere, permitiendo a las empresas usar menos generación basada en combustibles fósiles. Las baterías de flujo y los sistemas híbridos son especialmente útiles para aplicaciones de alta temperatura o larga duración.
4. Garantizar la resiliencia durante interrupciones
Los ciberataques, el clima o fallos en el equipo que causan cortes en la red están en aumento. Tecnologías de almacenamiento de energía con capacidad de arranque en negro como BESS y baterías de flujo permiten una operación continua cuando la red falla. Este tipo de sistemas son esenciales en situaciones donde el tiempo de inactividad no es aceptable.
5. Gestionar la energía como un sistema integrado unificado
Las Plantas de Energía Virtuales (VPP) agregan activos solares, baterías y cargas en un sistema integrado e inteligente. Las VPP ofrecen respuesta a la demanda, servicios de red y participación en el mercado energético, proporcionando control operativo y nuevas oportunidades de ingresos.
Conclusión:
El almacenamiento ya no es una opción, es una ventaja estratégica. Con soluciones como BESS, microrredes y VPP, las empresas pueden ahorrar dinero, aumentar la resiliencia y optimizar el valor de la energía limpia.